Buenas tardes, Opositores, llegamos al ecuador de nuestra saga de post explicativos sobre las competencias clave desde un punto más práctico para poder aplicarlas en nuestras unidades didácticas. Si no no has podido ir siguiendo en esta saga, te recomendamos que comiences aclarando tus dudas sobre las competencias clave con estos posts:
Hoy abordamos una competencia clave que son pilares fundamentales en el desarrollo educativo de los más jóvenes.: la competencia personal, social y de aprender a aprender.
Contenidos
En primer lugar vamos a empezar desglosando la definición que la LOMLOE hace de esta competencia, puesto que engloba bastantes aspectos que, aunque afines entre sí, tienen sus matices:
La competencia personal, social y de aprender a aprender implica la capacidad de:
Como vemos es una competencia crucial para desenvolverse en la existencia y, a la vez, tiene un nivel de complejidad elevado.
Vista la complejidad de adquirir esta competencia, porque abarca muchos aspectos, nos planteamos con qué actividad podríamos contribuir a su adquisición.
El aprendizaje por proyectos es una metodología que, bien diseñada, puede aunar todos los matices de la competencia personal, social y de aprender a aprender.
Desde un punto de vista básico el aprendizaje basado en proyectos (ABP) consta de tres fases:
Pero en realidad un proyecto bien planteado requiere desglosar un poco más estas tres fases, por lo que podemos hablar de diez puntos clave:
Selección del tema y planteamiento de la pregunta guía.
Los alumnos han de ser partícipes de la elección del tema sobre el que se va a investigar, ha de ser algo que encaje con sus intereses y esto dependerá de factores como la edad ( obviamente), el contexto social, etc. La pregunta guía nos servirá para detectar los conocimientos previos y les invitará a pensar qué deben investigar que estrategias deben poner en marcha para resolver la cuestión. Por ejemplo: ¿Cómo concienciarías a los habitantes de tu ciudad acerca del cuidado del medioambiente?
Formación de los equipos.
Lo más adecuado es que sean de cuatro alumnos, es importante para que haya diversidad de perfiles y que las capacidades de cada uno se complementen. El trabajo en equipo implica desarrollar habilidades de comunicación, de resolución pacífica de conflictos, habilidades sociales,…en definitiva, competencia social.
Definición del producto o reto final.
Los alumnos también participarán en la decisión del formato en el que desean presentar las conclusiones de su investigación y responderá a lo que quieran comunicar con ella. Puede tratarse de un folleto, una campaña, una presentación, una investigación científica, una maqueta, un video,… El desarrollo de un proyecto lleva aparejada incertidumbre, puesto que el conocimiento que se va a ir adquiriendo y la forma de plasmarlo en el producto final no están definidos en un libro de texto que hay que memorizar, sino que se va construyendo, con aciertos y errores, hasta que se adecúa a lo previsto inicialmente.
Planificación.
Será necesario establecer un plan de trabajo, lo que supone, entre otras cosas gestionar adecuadamente el tiempo, asignar y asumir responsabilidades, partiendo del consenso y del respeto a las diferencias.
Investigación.
La autonomía es fundamental para que busquen, contrasten y analicen la información que necesitan para realizar el trabajo. El educador actúa como un guía que acompaña y orienta.
Análisis y síntesis.
Es el momento de poner en común la información recopilada, compartir ideas, debatir, elaborar hipótesis, estructurar la información y buscar entre todos la mejor respuesta a la pregunta inicial.
Elaboración del producto.
En esta fase los estudiantes tendrán que aplicar lo aprendido a la realización de un producto que dé respuesta a la cuestión planteada al principio. El producto ha de tener la capacidad de comunicar los resultados de la investigación a sus compañeros o a cualquier otro colectivo para el que se considere conveniente: padres, alumnos de niveles inferiores o superiores, autoridades,…
Presentación del producto.
Los alumnos deben exponer a sus compañeros lo que han aprendido y mostrar cómo han dado respuesta al problema inicial. Es importante que cuenten con un guion estructurado de la presentación, se expliquen de manera clara y apoyen la información con una gran variedad de recursos.
Respuesta colectiva a la pregunta inicial.
Una vez concluidas las presentaciones de todos los grupos, es necesario reflexionar sobre la respuesta que se ha obtenido a la pregunta o al reto que dio origen a la investigación, así como a reflexionar sobre la propia experiencia: hallazgos interesantes, nuevas preguntas que pueden surgir, ideas para continuar avanzando en lo que se ha descubierto,…
Evaluación y autoevaluación.
Las rúbricas son una excelente herramienta para que el alumno vaya señalando lo que consigue . Esto le permitirá desarrollar esa competencia de aprender a prender y fomentará el conocimiento de sí mismo, tomando conciencia de en qué aspectos tiene más habilidades. Favorecerán su capacidad de autocrítica y potenciarán la reflexión sobre sí mismo.
Como hemos podido constatar el ABP es una metodología idónea para desarrollar las múltiples vertientes de esta competencia.
Al emplear un proyecto como vía para adquirir la competencia personal social y de aprender a aprender, lo más probable ( aunque dependerá de la temática y de la envergadura del mismo) es que se contribuya a la adquisición de todas las demás competencias.
La competencia digital. Es evidente que para llevar a cabo una investigación tendremos que usar, entre otros elementos digitales:
Será necesario también emplear de manera responsable la información que recopilemos, adoptando una actitud crítica y seleccionando aquello que consideremos que proviene de fuentes fiables.
La competencia matemática, en ciencia, tecnología e ingeniería. Si diseñamos un proyecto en el todas las áreas curriculares estén involucradas, la competencia matemática ha de estar involucrada: cálculo de distancias, de magnitudes, estadísticas, gráficos, representaciones en plano, maquetas, … con todo ello estaremos contribuyendo a su adquisición.
La competencia en comunicación lingüística. Sera el vehículo imprescindible para el desarrollo del proyecto: para empezar , respondiendo a las preguntas sobre los conocimientos previos que los alumnos tienen acerca de la temática que se va a investigar, para poner en común dudas, estrategias de actuación del grupo, para la interpretación de los datos de la investigación, para debatir las conclusiones e interpretar las rúbricas de evaluación y poder cumplimentar las fichas y, finalmente, para poder comunicar los resultados verbalmente al público al que se vayan a dirigir las conclusiones .
La competencia plurilingüe se podría incorporar también si utilizamos alguna fuente de información en inglés o francés o si empleamos algunas palabras técnicas en cualquiera de esos idiomas para compartir las conclusiones.
La competencia en conciencia y expresiones culturales también tendría sentido que se desarrollara en la implementación de un proyecto. Por ejemplo, se pueden emplear elementos de diseño gráfico para comunicar los resultados: elaboración de una revista, de un video, de murales, …
La competencia emprendedora. Podemos afirmar que, por defecto, un proyecto que se inicia como algo abierto y que no se sabe muy bien hacia dónde nos va a llevar en sus resultados, tiene un componente de emprendedurismo radical.
La competencia ciudadana adquiere también todo el protagonismo en la implementación de un proyecto, especialmente si este tiene un enfoque de mejora social en cualquier ámbito. Sería el caso claro de un modelo de proyecto de aprendizaje- servicio, del que ya hablamos en un artículo anterior.
Esperamos que este post te ayude a comprender y aplicar la Competencia personal, social y de aprender a aprender.