Objetivos de Desarrollo Sostenible: 3. Garantizar una vida sana y promover el bienestar

Publicado el 28 de marzo de 2024

En los últimos años se han logrado grandes avances en la mejora de la salud de las personas. 146 de 200 países o regiones ya han cumplido o están en camino de alcanzar la meta de los ODS sobre mortalidad en menores de 5 años. El tratamiento eficaz contra el VIH ha reducido las muertes relacionadas con el sida en un 52 % desde 2010 y se ha eliminado al menos una enfermedad tropical desatendida en 47 países.

Sin embargo, todavía persisten las desigualdades en el acceso a la atención sanitaria. La pandemia de la COVID-19 y otras crisis en curso han impedido el progreso hacia el objetivo 3. La vacunación infantil ha experimentado el mayor descenso en tres décadas y las muertes por tuberculosis y malaria han aumentado en comparación con los niveles previos a la pandemia.

Los Objetivos de Desarrollo Sostenible suponen un compromiso para poner fin a las epidemias de sida, tuberculosis, malaria y otras enfermedades transmisibles para 2030. El objetivo es lograr la cobertura sanitaria universal y proporcionar acceso a medicamentos y vacunas seguros y asequibles para todos.

Para superar estos contratiempos y abordar las persistentes deficiencias en la atención de la salud, se necesita una mayor inversión en los sistemas sanitarios con el fin de apoyar a los países en su recuperación y desarrollar resiliencia contra futuras amenazas a la salud.

Promover el bienestar

Es conveniente definir el concepto de bienestar, incluido en este ODS, puesto que puede resultar bastante subjetivo.

Una definición que puede resumir bien este concepto es que se trata de un estado de satisfacción personal en el que el cuerpo, la mente y el espíritu se encuentran en equilibrio. Esto, da lugar a la armonía, tanto con uno mismo como con el entorno que le rodea. Teniendo en cuenta que nuestro cerebro funciona mejor cuando está en un estado positivo.

Está claro que su consecución supone un reto ambicioso. No se trata solo de erradicar el hambre, algo ya de por sí complicado, sino que estamos hablando de algo mucho más amplio que abarca aspectos sanitarios, emocionales, de salud mental, …

En cuanto al acceso a servicios sanitarios esenciales, una parte significativa de la población mundial carece aún de acceso a servicios sanitarios vitales. Para cubrir esta carencia y garantizar una prestación de atención sanitaria equitativa, es fundamental abordar las disparidades

¿Cómo podemos alcanzar esta meta de “vida sana y bienestar para todas las edades”?

La garantía de una vida saludable para todos no es tarea fácil, tal y como está la situación en este momento. Debe existir un compromiso muy fuerte para que se pueda lograr el objetivo. Por ello se insta a los países de todo el mundo a tomar medidas inmediatas y decisivas para predecir y contrarrestar los desafíos en la salud.

Es necesaria una protección especial para proteger a los grupos de población vulnerables y a las personas que residen en regiones con una elevada tasa de enfermedades. Es imprescindible para ello reforzar los sistemas sanitarios y fomentar la resiliencia frente a las adversidades sanitarias.

La inmunización es una de las intervenciones sanitarias más exitosas y rentables del mundo. Sin embargo, el alarmante declive en la vacunación infantil (la mayor disminución sostenida de la vacunación infantil en aproximadamente 30 años) deja a millones de niños en riesgo de contraer enfermedades devastadoras pero prevenibles.

¿Tiene todo el mundo acceso a la atención sanitaria?

La cobertura sanitaria universal tiene como objetivo garantizar que todas las personas puedan acceder a servicios de salud de calidad sin afrontar dificultades financieras. Si bien los esfuerzos para combatir enfermedades infecciosas como el VIH, la tuberculosis y la malaria llevaron a ampliaciones significativas en la cobertura de los servicios entre 2000 y 2015, desde entonces el progreso se ha desacelerado.

Las desigualdades siguen siendo un desafío fundamental para la cobertura sanitaria universal. La cobertura de servicios de salud reproductiva, materna, infantil y adolescente tiende a ser mayor entre quienes son más ricos, tienen una mejor formación y viven en áreas urbanas, especialmente en países de bajos ingresos.

¿Cómo podemos abordar con nuestro alumnado de 1º de ESO esta problemática?

La base está en empezar promoviendo y protegiendo nuestra propia salud y la de los que nos rodean, tomando decisiones bien informadas. Puedes crear conciencia en tu propia comunidad sobre la importancia de la buena salud, estilos de vida saludables y del derecho de las personas a unos servicios de atención médica de calidad, especialmente para los más vulnerables, como las mujeres y los niños.

Actividades que podemos llevar a cabo con nuestros alumnos de 1º de ESO.

Implementar en los centros educativos programas holísticos de Educación para la Salud, que incluyan:

  • Alimentación saludable.
  • Higiene personal.
  • Actividad física.
  • Educación afectivo-sexual, incluyendo por supuesto, la prevención de enfermedades de transmisión sexual.
  • Educación emocional. Poner en valor la importancia del bienestar mental, incluyendo estrategias para la gestión del estrés, la ansiedad y la promoción de la salud mental positiva en el entorno escolar, como el acceso a servicios de orientación y consejería.
  • Toma de conciencia sobre el consumo de sustancias, con información sobre los riesgos asociados al consumo de sustancias adictivas como el tabaco, el alcohol y las drogas promoviendo la toma de decisiones saludables.

Vamos a pasar a una realizar una propuesta de actividad para reflexionar en grupo utilizando la técnica del debate filosófico.

Primero rellenarán individualmente el siguiente cuestionario, después se hará una puesta en común y concluirán con compromisos de mejora en sus hábitos.

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