Un Auxiliar Técnico Educativo (ATE) intervendrá preferentemente con el alumnado que carece de autonomía por su discapacidad física o psíquica y con el alumnado con problemas orgánicos de cuya conducta se deriven riesgos para su integridad física o la de otros.
Así pues y tal y como señala una ATE con más de 30 años de experiencia: “Nos dedicamos a cuidar la higiene de estos niños, a cubrir sus necesidades, al cambio de pañales o de ropa, a intentar que no se hagan daño, a corregirles posturas, al control de esfínteres”.
El perfil de los niños a los que atienden se repite allá donde van, ya que son menores con discapacidades intelectuales profundas, con problemas conductuales, niños y niñas con espina bífida, con movilidad muy reducida, que van en sillas adaptadas, que llevan pañal…
No obstante, son profesionales que prestan servicios complementarios para la asistencia y formación de los escolares o adultos con discapacidad, atendiendo en su limpieza y aseo, en el comedor, durante la noche, y demás necesidades análogas