Aplicando las Funciones Ejecutivas en la Oposición

Publicado el 28 de septiembre de 2023

Hoy comenzamos una serie de post sobre las funciones ejecutivas. Esperamos, como siempre que escribimos un artículo en nuestro blog, que este contenido sea de utilidad para poder aplicarlo en la ampliación de algún epígrafe de tus temas y para la elaboración de tu unidad didáctica, así como para mostrar tus competencias profesionales en el debate con el tribunal.

¿Qué son las funciones ejecutivas?

“Las funciones ejecutivas son aquellas acciones sobre nosotros mismos o dirigidas a nosotros mismos que nos permiten alcanzar la autorregulación, desarrollar conductas orientadas a metas y maximizar resultados futuros”.

Russel Barkley

Son diversas las clasificaciones que realizan distintos autores, pero nos centraremos en Thomas Brown, uno de los principales investigadores sobre este tema, el cual considera que hay seis funciones ejecutivas:

  • Activación.
  • Concentración o Foco
  • Esfuerzo.
  • Emoción
  • Memoria
  • Acción

 Todas ellas son necesarias al individuo para poder desenvolverse en su vida diaria.

¿Para qué nos sirve cada una de las funciones ejecutivas?

  • La activación. Nos permite organizar nuestras tareas, priorizarlas en función de su importancia o urgencia y motivarnos para iniciar su ejecución.
  • La concentración. Posibilita que nos centremos en la tarea, que dirijamos nuestra atención hacia la actividad que hemos de abordar y que seamos capaces de cambiar el foco cuando haya que emprender otra.
  • El esfuerzo. Hace factible que mantengamos el estado de alerta necesario para concluir el reto que nos hemos propuesto, manteniendo el ritmo y la intensidad necesarios hasta finalizarlo.
  • La emoción. Saber gestionar nuestras emociones es imprescindible para superar miedos e inseguridades, afrontando el desafío que nos puede suponer encarar una actividad desconocida, un nuevo aprendizaje o simplemente una labor que no nos resulta motivadora. El control de la frustración es imprescindible también para evitar rendirnos ante las dificultades que nos puedan sobrevenir o los resultados no deseados de nuestros esfuerzos.
  • La memoria es imprescindible para llevar a cabo desempeños eficaces, tanto en las tareas más rutinarias de la vida cotidiana, como en la actividad académica o laboral.

En el ámbito académico, en los últimos años, parece que la memoria ha tendido a devaluarse en pro de aprendizajes más experienciales y con un sentido más práctico. Si bien es cierto que un aprendizaje exclusivamente memorístico carece de significatividad, no es menos cierto que hemos de tener datos en nuestra memoria para poder relacionar, evaluar, tomar decisiones y ser competentes en aquello que emprendamos y para ello necesitamos poder seleccionar y retener la información. En nuestra opinión en el equilibrio está la clave, en potenciar una memoria que sea funcional.

  • La acción. Finalmente es imprescindible regular las acciones, generando alternativas hasta elegir aquellas que sean más efectivas en base a los objetivos propuestos, valorando las consecuencias a corto, medio y largo plazo y frenando por consiguiente las que sean menos efectivas.

En siguientes posts desarrollaremos con más detenimiento cada una de las funciones ejecutivas. No olvides seguirnos en redes sociales y en nuestro boletín de noticias para mantenerte informado.

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