🖐Buenas tardes. Es un placer dar la bienvenida a otro capítulo de nuestra serie dedicada a las funciones ejecutivas, En esta entrega, nos sumergiremos en el tema de la planificación, una habilidad vital en el ámbito cognitivo y conductual.
Para aquellos que se unen hoy a esta lectura, les recomendamos iniciar su travesía por los dos primeros artículos. Allí establecimos el contexto y la importancia de las funciones ejecutivas, sentando las bases para comprender su relevancia en el día a día. Ahora, avanzamos hacia un aspecto crucial: la planificación.
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La planificación u organización se pone en marcha cuando visualizamos las diferentes maneras que tenemos de solucionar un determinado problema y resulta imprescindible antes de poner en marcha la opción o alternativa escogida. Por ello podemos afirmar que es el paso previo a la toma de decisiones.
Se trata de una habilidad cognitiva fundamental que forma parte de las funciones ejecutivas y que podemos definir también como la capacidad para “pensar en el futuro”, de anticipar mentalmente la forma correcta en la que ha de ejecutarse una tarea o alcanzar una meta específica.
Es, por otra parte, una función imprescindible para llevar a cabo cualquier actividad, por cotidiana que sea. Empezar el día, organizar el desayuno, llevar a los niños al colegio, ir a trabajar, …requieren de pequeñas planificaciones, necesarias para el desempeño diario. Requiere pensar en el futuro, ya sea el más inmediato o uno un poco más lejano y, de esta forma, organizar con orden y estableciendo prioridades las acciones para conseguirlo. Constituye una actividad continua que no termina con la formulación de un plan, sino que implica reajuste permanente entre medio y fines.
La planificación y la priorización son habilidades que están estrechamente relacionadas. Además, otras como la previsión, la memoria de trabajo y la organización permiten planificar con éxito.
Esta función ejecutiva se da en tanto que el individuo es consciente de sus procesos cognitivos y tiene capacidad para regularlos. Para lograr esto se deben tener en cuenta los siguientes aspectos:
Algunas señales de alerta serían:
La priorización es otra habilidad compleja del funcionamiento ejecutivo que, cuando se logra, proporciona a la persona la capacidad de alcanzar objetivos. Decidir los pasos de un proceso y pensar en ese proceso para trabajar en las tareas más importantes, es una habilidad difícil para muchos niños. Esta habilidad posibilita la toma de decisiones sobre lo que es importante, lo cual encauza nuestras actividades para saber en qué centrarnos en primer lugar y qué otras cosas no son tan relevantes. Ser capaz de discernir las tareas que son necesarias de las que no tienen tanta importancia, es crucial.
Cuando se presenta esta dificultad en la planificación es importante ejercitarla con actividades para enseñar a priorizar. Algunas de estas actividades serían:
Hay que comenzar con proyectos pequeños, para ir avanzando en complejidad poco a poco.
A continuación, os dejamos con unos ejemplos de actividades que nos pueden ayudar a potenciar esta función ejecutiva.
Referencias bibliográficas: