Empieza un nuevo curso y en breve estarás en el aula con tus alumnos y alumnas.
Es posible que ya los conozcas de algún curso anterior o que empieces con un grupo desconocido, que sigas en el mismo centro en el que estabas o que te incorpores a uno nuevo. Quizá hayas conseguido tu plaza como funcionario de carrera o te incorpores en calidad de interino. En cualquier caso…¡enhorabuena!👏
Puedes sentirte afortunado, afortunada, por tener el privilegio de desarrollarte profesionalmente en el ámbito de la docencia.
A continuación te recordaremos algunos aspectos, que seguro conoces de sobra, para realizar con “buen pie” el contacto con tu alumnado y mantener un buen clima de aula y un buen rendimiento de chicos y chicas, no solo al inicio, sino durante todo el curso.
Dedica los primeros días de clase, sin prisas y sin que te invada la sensación de estar perdiendo el tiempo, a realizar actividades de acogida, de integración del grupo, de educación emocional,… Esto reportará al alumnado una disminución del nivel de estrés, lógico al inicio de un nuevo período escolar, incluso aunque el grupo se mantenga homogéneo con respecto al curso anterior y aunque el tutor o la tutora sea el mismo.
A ti, como docente, te va a posibilitar conocer a tus alumnos, detectar posiciones de liderazgo, alumnos que pueden estar más aislados, … e ir generando un clima cordial y de confianza.
Los primeros días son propicios para abordar el tema de los hábitos: el control postural, hábitos saludables ( consumo de fruta al menos un día a la semana, lavado de manos frecuente…), así como la gestión del estudio fuera del aula. El uso correcto de la agenda escolar es, en orden a esa gestión, una herramienta de primera magnitud.
Como docentes hemos de dedicar tiempo a enseñar el uso adecuado de la misma, para obtener de ella el máximo rendimiento.
En este sentido, no basta solamente con realizar una explicación al comienzo del curso y luego dejar que ellos la gestionen solos.
Es recomendable que todo el equipo docente se ponga de acuerdo en determinadas pautas para su empleo y que se haga un seguimiento diario de las tareas que han de realizar.
Aprovecha los momentos distendidos de los primeros días para comenzar a consensuar las normas del grupo. Es importante destacar el término consensuar. Está ampliamente demostrado que para lograr una convivencia eficaz es clave que el alumnado se sienta partícipe de la creación de ese clima.
Que las normas no resulten de una imposición por parte del tutor o tutora, sino que sean prescriptivas una vez que todo el grupo ha debatido sobre su conveniencia.
Propicia la realización de actividades creativas. Al principio para ambientar la clase y aportar calidez al aula ,para personalizarla y que resulte acogedora. Durante el curso para ir ilustrando diversas temáticas que estéis trabajando.
Desde nuestro punto de vista, un aula en la que se descuida la estética, dice mucho del clima que se respira en el aula. Parece insignificante, pero no lo es en absoluto.
La creatividad se puede poner en práctica en cualquier tarea didáctica. No es necesario montar un taller de actividades plásticas y realizar grandes proyectos en este área, aunque hacerlo verdaderamente nos aporta muchas gratificaciones.
La podemos desarrollar también de formas simples:
¡ Y muchas más!
Utiliza el máximo de espacios del centro (si tienes la suerte de que tu centro cuente con ellos) para la realización de actividades: el aula de informática, la biblioteca, el aula de creatividad, el huerto, el patio, el comedor escolar, los pasillos,…son también lugares privilegiados para el desarrollo del proceso de enseñanza- aprendizaje .
El alumnado necesita estímulos, necesita movimiento, y un simple cambio de ubicación es suficiente para avivar su motivación.
No lo olvides: tienes una profesión privilegiada.
¡Que tengas un fantástico inicio de curso!