La filosofía para niños es un enfoque educativo que busca fomentar el pensamiento crítico y reflexivo desde una edad temprana. El creador del proyecto «Filosofía para niños» fue Matthew Lipman, el cual vio en el pensamiento filosófico el modelo educativo necesario para hacer una transformación de las prácticas docentes tradicionales. Su planteamiento fue añadir otra dimensión a la repetición memorística de conceptos. Su propuesta es un programa de formación filosófica que busca la constitución de "comunidades de indagación", en las que el diálogo y la confrontación de puntos de vista es la herramienta fundamental.
Aplicar la filosofía para niños es una práctica enriquecedora que puede fomentar el pensamiento crítico, la reflexión y el diálogo en los niños.
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Una actividad muy potente para desarrollar el pensamiento crítico, poniendo en juego también nuestra escala de valores, son los dilemas morales.
Los dilemas morales son situaciones en las que nos encontramos ante decisiones difíciles donde hay conflictos entre lo que pensamos y lo que la realidad nos propone. Estas situaciones nos hacen reflexionar sobre nuestras acciones y valores y pueden surgir en cualquier momento de nuestras vidas. En realidad, casi a diario nos enfrentamos a dilemas morales, aunque sean de “baja intensidad” y resulta muy interesante que los alumnos constaten la dificultad de elegir entre situaciones que nos presentan una disyuntiva complicada, en la que hay valores contrapuestos.
Estas actividades dan mucho juego porque se ponen de manifiesto contradicciones y valores en conflicto.
El docente organiza sesiones en el horario semanal donde los niños puedan discutir temas filosóficos de manera estructurada. Se pueden seleccionar temas como la justicia, la amistad, la verdad, el bien y el mal, y dejar espacio para que los alumnos expresen sus opiniones y reflexiones.
Para esta actividad se pueden seleccionar cuentos o historias que planteen preguntas filosóficas o dilemas morales y debatirlos con los alumnos después de la lectura. El cuento "El niño y el filósofo" de Matthew Lipman es muy recomendable.
Motiva a tus alumnos a expresar sus ideas filosóficas a través del arte. Pueden crear dibujos, pinturas o esculturas que representen conceptos abstractos como la libertad, la justicia o la felicidad, y luego discutir sus producciones en grupo.
Las actividades al aire libre donde los niños pueden reflexionar sobre cuestiones filosóficas mientras exploran la naturaleza son muy recomendables. Por ejemplo, pueden discutir la interconexión de todas las cosas vivas o la relación entre el ser humano y el medio ambiente. Los daños que se están produciendo a los distintos ecosistemas y la responsabilidad del ser humano en ello.
Invita a los alumnos a escribir ensayos, poemas o cuentos cortos sobre temas filosóficos que les interesen. Pueden compartir sus escritos con el grupo y discutir las ideas presentadas.
Organiza excursiones a museos de arte, historia o ciencia donde los niños puedan explorar ideas filosóficas en diferentes contextos culturales y temporales. Anímalos a hacer preguntas y a reflexionar sobre lo que aprenden durante la visita.
Obviamente, no es lo mismo una actividad planteada para niños de primaria que para adolescentes de secundaria. Es imprescindible adaptar las actividades a la edad y los intereses del alumnado, y potenciar un ambiente de tolerancia donde se valore la diversidad de opiniones y en el que no se denigre la postura de nadie.
Esperamos que estas ideas las puedas incorporar en tu unidad didáctica para dar un enfoque creativo y dinámico a las situaciones de aprendizaje que despierten la atención y la valoración positiva del tribunal.