Contenidos
La semana pasada iniciamos una serie de artículos sobre convivencia que esperamos sean de interés para el desarrollo de tus supuestos prácticos.
Vimos algunas de las conductas disruptivas más habituales y también la clasificación de los estilos de enseñanza en función de su mayor o menor nivel de permisividad.
En el artículo de hoy vamos a indicar algunas estrategias que te pueden servir para mejorar el nivel de gestión del aula y que puedes incorporar en tu supuesto práctico (ejemplos).
Hemos de partir de que no existen “soluciones mágicas” en educación y de que aunque contemos con herramientas contrastadas que han demostrado su eficacia, existen multitud de factores que pueden favorecer o entorpecer el éxito.
Veamos cómo solucionar problemas de convivencia escolar.
Para comenzar diferenciaremos entre lo que denominamos disciplina proactiva y disciplina reactiva.
La disciplina reactiva es aquella que se centra en problemas pasados y en saldar cuentas.
Sin embargo, la perspectiva proactiva convierte la resolución de un conflicto actual en una forma de prevención ante conflictos futuros.
Una vez realizadas estas consideraciones hemos de ver la manera de establecer normas efectivas de convivencia.
Es conveniente distinguir dos tipos de normas:
Las normas explícitas de convivencia están redactadas por escrito, son las que de forma clara regulan la convivencia.
Han de reunir una serie de requisitos:
Las normas implícitas de convivencia son aquellas que, sin estar formalmente redactadas, rigen de hecho el funcionamiento del grupo.
Si hay contradicción entre las normas explícitas e implícitas, siempre se resolverá a favor de las implícitas.
Es por ello que si se detecta que una norma explícita está incidiendo negativamente en el clima del aula, hay que convertirla e implícita para poder hacerla cumplir y que haya consecuencias en caso de que no sea así.
Por otra parte, no se debe instaurar una norma que no se pueda hacer cumplir.
También es fundamental que en la redacción de las normas participe todo el grupo y también en las consecuencias que se derivarán de su incumplimiento.
La implicación del alumnado será mucho mayor si se hace de esta manera, puesto que no lo experimentarán como algo ajeno a ellos e impuesto desde fuera.
Otro aspecto fundamental es captar la atención de los alumnos/as, siendo este es un requisito fundamental a la hora mantener el control del aula.
Es por ello que el docente ha de contar con estrategias tanto para captar la atención como para mantenerla durante períodos variables de tiempo.
Es imprescindible para lograr este control atencional tener en cuenta algunos aspectos fundamentales:
De esta forma atendemos también a las distintas formas de procesamiento de la información que requiere la diversidad del alumnado y atendemos a otro concepto que también introduciremos más adelante, el de las inteligencias múltiples.